miércoles, 25 de mayo de 2011

MODELOS DE EXPANSIÓN URBANA

La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha publicado un informe en el que muestra un fenómeno que se está intensificando en Europa: la expansión urbana descontrolada (urban sprawl). Europa es uno de los continentes más urbanizados de la Tierra. Alrededor del 75 % de su población vive en zonas urbanas. Sin embargo, el futuro urbano de Europa es una cuestión que suscita gran inquietud. Más de una cuarta parte del territorio de la Unión Europea se puede considerar suelo urbano.

En 2020, aproximadamente el 80 % de los europeos residirá en zonas urbanas. En 7 países, la proporción será del 90 % o más. En consecuencia, se agudiza la demanda de suelo en las ciudadesy sus alrededores. Día tras día, todos somos testigos de cambios rápidos, visibles y conflictivos en los usos del suelo, que modifican los paisajes y afectan al medio ambiente de las ciudades y de su entorno como nunca antes.
 
Las ciudades se extienden y se reducen las distancias entre ellas y el tiempo que se tarda en pasar de una a otra. Esta extensión de las ciudades tiene lugar por toda Europa, impulsada por los cambios en el estilo de vida y las pautas de consumo, y se conoce generalmente con el nombre de «expansión urbana descontrolada». Los datos disponibles demuestran de manera concluyente que la expansión urbana descontrolada ha acompañado al crecimiento de las ciudades europeas durante los últimos 50 años.
 
Se habla de expansión urbana descontrolada cuando la tasa de cambio del uso del suelo de rústico a urbano es superior a la tasa de crecimiento demográfico de una determinada zona durante un período determinado. La expansión urbana descontrolada debería considerarse, con razón, uno de los principales retos comunes a los que debe hacer frente la actual Europa urbana.
 
Un reciente estudio de ámbito europeo revela que las ciudades crecen rápidamente y sin freno: más del 5 % en un decenio, equivalente a tres veces la superficie de Luxemburgo. Las zonas donde más se aprecian los efectos de la expansión urbana descontrolada están en países o regiones que registran unaelevada densidad demográfica y un nivel elevado de actividad económica (Bélgica, los Países Bajos, Alemania meridional y occidental, el norte de Italia o la región de París) y/o un rápido crecimiento económico (Irlanda, Portugal, Alemania oriental o la Comunidad de Madrid). La expansión urbana descontrolada se pone especialmente de manifiesto en los países o regiones que se han beneficiado de las políticas regionales de la UE y de su financiación. También se observan nuevas pautas de desarrollo, en torno a pequeñas ciudades o en el campo, a lo largo de los corredores de transporte y de muchas zonas del litoral que suelen estar conectadas a valles fluviales.
En Europa, el crecimiento de las ciudades ha estado impulsado históricamente por el aumento de la población urbana. Pero en la actualidad, a pesar de la escasa o nula presión demográfica, existen diversos factores que siguen impulsando la expansión, cuyo origen está en el deseo de llevar un nuevo estilo de vida en el extrarradio, lejos del centro de las ciudades.
 
Entre las causas que generan estas tendencias, hallamos las socioeconómicas, tanto micro como macro. La calidad de los sistemas de transporte, el precio del suelo, las preferencias individuales en materia de vivienda, las tendencias demográficas, las tradiciones y limitaciones culturales y el atractivode las zonas urbanas existentes son factores que influyen en laforma en que se desarrolla unárea urbana. Otra de las causas principales es la aplicación de políticas de ordenación en el ámbito local y regional. Incentivada por los Fondos de Cohesión y por los Fondos Estructurales de laUnión Europea, que financian el desarrollo de las infraestructuras, la expansión descontrolada se ha acelerado en respuesta a la mejora de las conexiones de transporte y el aumento de la movilidad personal. Las ciudades son por naturaleza lugares donde se concentran grandes cantidades de personas en pequeñas superficies. Esto presenta ciertas ventajas evidentes para el desarrollo económico y social. En algunos aspectos, puede incluso ser beneficioso para el medio ambiente. Por ejemplo, el uso del suelo y el consumo de energía tienden a ser menores en las áreas urbanas en comparación con las áreas de población dispersa. El tratamiento de los residuos y de las aguasresiduales se beneficiade economías de escala. De este modo, los problemas tradicionales de salud ambiental derivados deun agua potable que presenta riesgos, unos saneamientos inadecuados y unas viviendas deficientes básicamente han desaparecido de las ciudades dela Unión Europea. No obstante, la población urbana todavía sufre problemas ambientales severos y localizados, como la exposición al ruido, episodios de contaminación atmosférica de gran repercusión, la gestión de los residuos, las restricciones de agua potable y la falta de espacios abiertos.
 
Sin embargo, la actual tendencia hacia la creación de nuevas áreas urbanas de baja densidad está generando un aumento del consumo. En los últimos 50 años, la cantidad de espacio por persona en las ciudades europeas ha aumentado más del doble. En los últimos 20 años, la superficie construida en muchos países de Europa occidental y oriental ha aumentado un 20 %, mientras que la población sólo ha crecido un 6 %. En particular, el transporte (es decir, la movilidad) sigue siendo un reto crucial para la ordenación urbana. Las infraestructuras de transporte tienen muy diversos efectos sobre los paisajes, como el sellado del suelo, que agrava las consecuencias de las inundaciones, y la fragmentación de los espacios naturales, por mencionar tan sólodos de ellos.
 
La movilidad y la accesibilidad son factores clave para la cohesión territorial de Europa. También son elementos esenciales para mejorar la calidad de vida de las comunidades. Se cree que los kilómetros recorridos por carretera en áreas urbanas aumentarán un 40 % entre 1995 y 2030. El parque de automóviles de la UE 10 todavía no ha alcanzado los niveles de la UE 15, lo que indica quetodavía cabe esperar un mayor crecimiento. Si no se hace nada al respecto, es previsible que la congestión de las carreteras aumente de forma significativa hasta 2010 y que los costes que acarrea se eleven hasta aproximarse al 1 % del PIB de la Unión Europea. Sin embargo, las infraestructuras de transporte implican algo más que ir añadiendo kilómetros de carretera y ferrocarril. Dichas infraestructuras deben formar parte de un enfoque global, que tenga en cuenta el verdadero impacto de las inversiones dirigidas a crear y sostener las economías urbanas locales. Debe ser parte de un desarrollo equilibrado y policéntrico, que reduzca los daños al medio ambiente.
 
Pero las estrategias e instrumentos para controlar la expansión urbana descontrolada dependen en gran medida de la realidad actual de Europa, donde existen varios niveles de gobierno interrelacionados, desde el ámbito local hasta el europeo. Esto es así especialmente en el caso de los importantes flujos financieros que moldean los presupuestos de ordenación. En la actualidad, las políticas de ordenación suelen ser reflejo de la lógica del mercado. Sería mejor que reflejasen una visión del desarrollo urbano, en la cual se integrasen plenamente las consideraciones ambientales y sociales en las políticas de ordenación territorial en todas las fases del ciclo, desde la identificación del problema y la formulación de las políticas hasta su aplicación y posterior evaluación. Esto podría comportar varios beneficios, como por ejemplo:
  • coherencia en todas las fases del ciclo político;
  • mayor cooperación entre organismos en todos los niveles de responsabilidad;
  • un uso efectivo de los Fondos Estructurales y Fondos de Cohesión a escala comunitaria, combinados con la normativa ambiental, a fin de evitar y paliar la expansión urbana descontrolada;
  • corrección de los fallos del mercado que favorecen la expansión urbana descontrolada, mediante estímulos relacionados con el precio del suelo en y entre zonas urbanas, así como en su entorno;
  • comparación e intercambio de buenas prácticas para desarrollar ciudades más compactas;
  • creación de zonas verdes en las ciudades.
 
Más Información: AEMA (2006) Redport Urban Sprawl in Europe: the ignored challenge" Nº 10_2006. PDF (7,10MB)
AEMA (2006). Resúmen Español "La expansión urbana descontrolada en Europa". Nº 4/2006. PDF (452KB)


ALUMNA: Alejandra García Fraile
FUENTE: OSE: Observatorio de Sostenibilidad en España

CAPITALISMO VERDE

El capitalismo verde genera crecimiento económico y laboral sustancial, 
negocios sostenibles y desarrollo de comunidades demostrando que la
innovación,eficiencia y conservación en el uso y re-uso de todos los recursos
humanos y naturales es la mejor forma de incrementar empleos,
ingreso, productividad y competitividad. Adicionalmente, el
capitalismo verde es el mejor método, en términos de costoeficiencia,
para promover energías renovables y tecnologías
limpias, protegiendo el medio ambiente y previniendo los impactos
nocivos del calentamiento global.

A través del capitalismo verde ahora podemos incluso crear un
nivel de vida más alto para cada persona y comunidad alrededor
del mundo, pasando del desarrollo basado en el desperdicio de
recursos industriales a la industrialización basada en el ahorro de
recursos. En el siglo XXI, las personas, lugares y organizaciones
literalmente “se harán ricas volviéndose más verdes”, ganando
más dinero usando pocos recursos y reutilizando más.

Actualmente, el Global Urban Development (GUD) está diseñando e implementando estrategias de
desarrollo económico sostenible para hacer posible el éxito mundial del Capitalismo Verde. Este modelo adapta conceptos de sostenibilidad de expertos en negocios, entre los quienes se encuentran PaulHawken, Amory y Hunter Lovins, Ray Anderson, Peter Senge, Karl-Henrik Robert, William McDonough, Daniel Esty, Aron Cramer, y el McKinsey Global Institute, de la forma como han sido utilizados en diversas formas por compañías como GE, IBM, Toyota, Interface, IKEA, DuPont, Wal-Mart, Google, Nike,Seventh Generation y Apple.

Este modelo tiene tres elementos claves:
1.
desperdicios.
2.
incrementando ingresos.
3.
importante, emprendimiento moderno y las habilidades de la fuerza de trabajo, porque las personas son ahora el recurso económico más vital.

Afortunadamente, existen historias exitosas en las cuales los principios de negocios sostenibles han
guiado el desarrollo económico. Los habitantes del Estado de California han ahorrado $56 billones en
costos de energía entre 1973 y 2006, nuevas aplicaciones eléctricas y nuevos motores de vehículos,
combinados con incentivos financieros para sociedades de servicios públicos, negocios y hogares, para conservación de energía y uso de recursos renovables. Los consumidores invirtieron gran parte de sus ahorros en la economía del Estado, generando 1.5 millones de nuevos trabajos de tiempo completo con una nómina total anual de US $45 billones.
Ahorros Verdes – Recortar costos usando recursos renovables y reduciendo y reutilizando losOportunidades Verdes – Crecimiento de negocios y empleos expandiendo mercados eTalento Verde – Inversión en activos fundamentales, incluyendo tecnología, infraestructura y, más

Alumna: Alejandra
Fuente: "EL FUTURO GLOBAL DEL CAPITALISMO VERDE" Dr. Marc A. Weiss*

domingo, 15 de mayo de 2011

Desarrollo sostenible y participación social


La idea de desarrollo sostenible se ha expandido internacionalmente a partir del Informe Brundtland para Naciones Unidas de 1987, que lo define sintéticamente como el desarrollo económico y social que satisface las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer la capacidad de los generaciones futuras para satisfacer las suyas. El enunciado de tal propósito vino a reconocer la existencia de una crisis ecológica puesta de manifiesto por los problemas medioambientales, que ha de ser superada mediante un cambio en el modelo de desarrollo imperante y para lo cual se hace imprescindible la participación de todos los ciudadanos y actores sociales. Esta posición es hoy asumida, al menos teóricamente, por los gobiernos nacionales y locales y por las organizaciones internacionales, como lo confirman, de un modo paradigmático, dos documentos emanados de la Cumbre de la Tierra (Río de Janeiro, 1992), la Declaración de Río y el Programa o Agenda 21. En el primero de ellos se puntualiza que la mejor manera de tratar las cuestiones del Medio Ambiente es “asegurar la participación de todos los ciudadanos involucrados, al nivel adecuado. Al nivel nacional cada individuo debe tener acceso a la información relativa al Medio Ambiente que detentan las autoridades públicas y tener la posibilidad de participar en los procesos de toma de decisiones” (principio 10). Del mismo modo “es necesario movilizar la creatividad, los ideales y el coraje de los jóvenes del mundo entero a fin de forjar una coparticipación mundial de manera que se asegure un Desarrollo Sostenible y se garantice a cada persona un mejor porvenir” (principio 21).

Por otro lado, la importancia concedida a la participación en el Programa 21 se comprueba en el hecho de que una de sus cuatro secciones se dedica al denominado “Fortalecimiento de los grupos principales”. Así, en el primer punto de su preámbulo se establece que “La dedicación y la participación auténtica de todos los grupos sociales tendrán una importancia decisiva en el cumplimiento eficaz de los objetivos, las políticas y los mecanismos acordados por los gobiernos en todas las áreas del Programa 21”. A continuación, en el punto dos, se insiste en que “Uno de los requisitos fundamentales para alcanzar el desarrollo sostenible es la amplia participación de la opinión pública en la adopción de decisiones. Además, en el contexto más concreto del medio ambiente y el desarrollo, se ha hecho evidente la necesidad de emplear nuevas formas de participación. Se trata de la necesidad de que las personas, los grupos y las organizaciones participen en los procedimientos de evaluación del impacto ambiental, conozcan el mecanismo de adopción de decisiones y participen en él, sobre todo cuando exista la posibilidad de que esas decisiones afecten a las comunidades donde viven y trabajan”.

 
 Martín Gutierrez, P. Medio ambiente y sociedad : elementos de explicación sociológica / coord. por Luis Alfonso Camarero Rioja, 2006, ISBN 84-9732-498-6 , págs. 243-307


Rodrigo Díez García 

jueves, 12 de mayo de 2011

Curiosa alternativa

Hola chicos, he encontrado esta noticia por internet y me ha llamdo bastante la atención, me parece una iniciativa interesante. Haber que opinais vosotros.

Huertos sociales en alquiler

El pleno del Ayuntamiento de Monzón ha aprobado esta semana una ordenanza reguladora de los llamados 'huertos sociales'. Ahora, pasará a periodo de exposición pública y entrará en vigor a finales de febrero.


El proyecto consiste en dividir una parcela municipal, de 3.000 metros cuadrados, del Parque 'Los Sotos', apta para el cultivo, en 22 unidades de 70 metros cuadrados. También va a haber zonas comunes de servicio y accesos, según han informado fuentes municipales.

Los destinatarios de los huertos sociales serán los jubilados y las personas que no disfrutan de una prestación por desempleo en la unidad familiar, y, en todo caso, mayores de edad y con un empadronamiento en la localidad de al menos dos años.

El precio de alquiler de las parcelas será de 60 euros al año y el tiempo de adjudicación, por dos años prorrogables. El plazo de inscripción se aprobará previsiblemente en marzo y la adjudicación se realizará por sorteo.

El concejal de Urbanismo y Medio Ambiente del Consistorio montisonense, Miguel Aso, ha indicado que varios ciudadanos se han interesado por la iniciativa.

"Espero que los huertos estén en marcha en abril", ha destacado el edil, y ha explicado que "si la experiencia tiene buena acogida podrá ampliarse, por ejemplo para conservar semillas autóctonas, potenciar la horticultura ecológica y mostrar a los escolares de los colegios las diferentes especies cultivables".

Fuente: RP. Agricultura.

Diana

Científicos norteamericanos evaluarán los niveles de contaminación en Palomares

Una misión de científicos norteamericanos evaluará junto a los investigadores del CIEMAT el subsuelo de Palomares, en Almería, afectado por contaminación desde que hace 45 años un B-52 estadounidense dejó caer por accidente cuatro bombas con material atómico, sobre la pedanía de Cuevas de Almanzora.

Así lo ha expresado el embajador de Estados Unidos en España, Alan Solomont, a los alcaldes de Cuevas de Almanzora y de Palomares, Jesús Caicedo y Juan José Pérez, respectivamente, que, a su vez, hicieron entrega al embajador de una carta en la que exigen que la zona se limpie, de forma inmediata, de residuos nucleares.

Al término del encuentro que se prolongó durante más de una hora, Caicedo ha valorado la "receptividad" del embajador y ha señalado que este se ha comprometido a que los científicos americanos lleguen a España "en unos días" y a partir de ahí se harían efectivos "los acuerdos que hay entre los dos gobiernos", y que ambos alcaldes han dicho desconocer.

El alcalde ha reconocido que el embajador no podía asumir más compromisos si bien ha recordado que el CIEMAT ya ha hecho un estudio de la zona, cuyo resultado concluye que hay que limpiar Palomares de contaminación.

Iniciativa "personal"
Caicedo también ha comentado que no han tenido ningún contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores y que la reunión con el embajador era fruto de la decisión personal de ambos alcaldes que solicitaron el encuentro en el mes de diciembre.
Sobre el estudio que realizará la comisión científica de Estados Unidos, el alcalde ha precisado que "no se puede estar estudiando siempre la zona, y alguna vez hay que terminar" aunque también ha dicho entender que los norteamericanos "quieran valorar la situación".

Caicedo ha informado de que los científicos visitarán Palomares para tomar pruebas "in situ" y ha añadido que durante la reunión han aprovechado para invitar al embajador a Almería, ya que desde que ocurrió el accidente "nadie ha ido, de forma oficial, a Palomares".

La visita, "cuando pueda"
Según el alcalde, el embajador se ha limitado a responder que "cuando pueda, probablemente, visitará la zona".

El alcalde se ha mostrado confiado en que los científicos lleguen en unos días porque "nosotros no vamos a estar esperando mucho tiempo" y está convencido de que ya se ha emprendido un camino "y hay que terminarlo".

Por su parte, un portavoz de Ecologistas en Acción, Igor Parra, ha manifestado su oposición a que una misión científica estadounidense "examine" los resultados de los científicos españoles, que ya han sido valorados por la Comisión internacional de Energía Atómica y por la Comisión Europea.

Según la organización ecologista, "no es tiempo de enviar misiones técnicas para evaluar el terreno, si no de librar a Palomares de contaminación radiactiva". Ecologistas en Acción ha exigido a "Estados Unidos que se involucre directamente" y han emplazado a los dos gobiernos a abordar el asunto "al nivel que se merece".

Durante el transcurso de la reunión, un espontáneo se manifestó a las puertas de la Embajada en Madrid, portando una pancarta en la que se demandaba soluciones para Palomares y en la que podía leerse: "Basura USA/ a USA ya"

Publicado: El Mundo 31/01/2011

Diana

lunes, 9 de mayo de 2011

Transgénicos: asalto a la soberanía alimentaria

Los transgénicos son un verdadero asalto de las corporaciones globales de agronegocios a la soberanía alimentaria de todos los países. Un puñado de trasnacionales controla el mercado mundial de semillas transgénicas y sus patentes, tornando ilegales los derechos ancestrales de los campesinos y campesinas a guardar y replantar semillas. A esto se suma la presión creciente para adoptar tecnologías “Terminator” para hacer semillas suicidas; el uso de cultivos alimentarios para producir sustancias no comestibles —farmacéuticas, industriales, agrocombustibles— contaminando y disputando la tierra a la producción de alimentos; la amenaza de peces y ganado transgénicos.
Los transgénicos son un verdadero asalto de las corporaciones globales de agronegocios a la soberanía alimentaria de todos los países. Un puñado de trasnacionales controla el mercado mundial de semillas transgénicas y sus patentes, tornando ilegales los derechos ancestrales de los campesinos y campesinas a guardar y replantar semillas. A esto se suma la presión creciente para adoptar tecnologías “Terminator” para hacer semillas suicidas; el uso de cultivos alimentarios para producir sustancias no comestibles —farmacéuticas, industriales, agrocombustibles— contaminando y disputando la tierra a la producción de alimentos; la amenaza de peces y ganado transgénicos. Los experimentos con árboles manipulados genéticamente prometen un infierno renovado, ya que además de invadir grandes extensiones con monocultivos y aumentar la devastación de áreas ricas en biodiversidad, provocarían contaminación durante décadas y a grandes distancias.
Pese a las enormes cantidades de dinero que las transnacionales dedican a la propaganda engañosa y a comprar funcionarios y gobiernos para establecer leyes a su favor, los diez primeros años de la comercialización de los transgénicos en el mundo muestran que el avance ha sido lento y les ha costado más de lo que las empresas nunca imaginaron. Aunque han logrado hacer mucho daño, entre otras cosas, con la contaminación de variedades campesinas, los juicios a agricultores contaminados, experimentos hasta con bebés y el gran experimento general con la mayoría de nosotros como consumidores involuntarios de transgénicos; las transnacionales han perdido estrepitosamente la batalla moral y de la opinión pública: nadie en todo el planeta —incluyendo los funcionarios de las empresas y los gobiernos que los legalizan — contestaría honestamente que prefiere comer transgénicos.

Más dependencia, menos productividad, más agrotóxicos
Seis empresas controlan el negocio de las semillas transgénicas: Monsanto, Dupont, Syngenta, Bayer, Dow, Basf. Son también las seis mayores en el mercado mundial de agrotóxicos. No sorprende, por tanto, que luego de diez años de que comenzara la comercialización de transgénicos (en Estados Unidos en1996) solamente haya dos tipos de cultivos en el campo: los que resisten los agrotóxicos de las propias empresas, —68 por ciento de las semillas cultivadas en 2006— y los cultivos insecticidas, manipulados para expresar la toxina de la bacteria Bacillus Thuringiensis (Bt) —19 por ciento de las semillas transgénicas en el campo en el mismo año. El restante 13 por ciento, fueron cultivos que tenían ambas características en la misma planta.
Aunque en Estados Unidos hay más de 70 variedades de cultivos aprobadas para comercialización, las siembras de escala en ese país y a nivel global durante estos diez años fueron soja, maíz, canola y algodón, principalmente para engordar ganado en los países ricos. Según fuentes de la propia industria biotecnológica, hay 22 países que han aprobado cultivos comerciales de transgénicos, pero sólo 14 de éstos plantan más de 50,000 hectáreas y en realidad siguen siendo apenas 4 países —Estados Unidos, Argentina, Canadá y Brasil— que cubren el 90 por ciento del área mundial cultivada con transgénicos. A contrapelo de los datos alegres de la industria, las estadísticas del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (abril 2006), muestran que los transgénicos producen menos o igual que los cultivos convencionales, y que el uso de agrotóxicos aumentó considerablemente en los diez años pasados.

Semillas: llave de la cadena alimentaria
En ningún otro rubro industrial se registra una concentración corporativa tan marcada como en el caso de las semillas transgénicas, donde una sola empresa transnacional —Monsanto— controla casi el 90 por ciento de estas semillas sembradas a nivel mundial. Con la adquisición de la empresa mexicana Seminis en el 2005 y de la mayor algodonera del mundo —Delta & Pine Land— en el 2006, Monsanto se convirtió en la empresa más grande de semillas en general, no solamente transgénicas. Destronó así a Dupont-Pioneer, que desde hacía años era la mayor empresa semillera del globo, pero además, pasó a dominar el mercado global de semillas de algodón y consiguió meterse en rubros donde no tenía presencia o era muy débil, como el de las frutas y hortalizas. Con la compra de Seminis, Monsanto accedió al suministro de 3 mil 500 variedades de semillas a productores de frutas y hortalizas en 150 países, controlando, entre otras, el 34 por ciento de la venta de semillas para producción de chile, 31 por ciento de los frijoles, 38 por ciento de los pepinos, 29 por ciento de los pimientos, 23 por ciento de los jitomates y 25 por ciento de las cebollas.
El control de las semillas es un objetivo claro de las transnacionales, porque quien las controla, tiene la llave de toda la cadena alimentaria. Las semillas transgénicas son el paradigma de este control corporativo, ya que además de la fuerte concentración de mercado, también están patentadas, lo que vuelve ilegal el derecho ancestral de los campesinos y campesinas a guardar semillas y volverlas a plantar en la próxima cosecha. Monsanto y otras empresas ya han ejercido legalmente esta violación contra decenas de agricultores contaminados en Estados Unidos y Canadá, a los que han demandado por “uso ilegal” de sus genes patentados. Según un informe del Center for Food Safety de Estados Unidos, al 2005 Monsanto ya había cobrado más de 15 millones de dólares en 90 juicios de este tipo.

Terminator y sus clones
Aún así, las empresas de agronegocios van por más, ya que aunque las patentes sean una herramienta para su monopolio, les implica detectar el supuesto uso “ilegal” y emprender juicios. Por eso idearon la tecnología “Terminator”, para hacer semillas estériles en segunda generación y automáticamente obligar a que todos deban comprar semillas nuevas de las empresas para cada siembra. Este fenómeno ya sucede mayoritariamente en Estados Unidos y otros países de Norte (sin usar Terminator, solamente por haber impuesto híbridos que no mantienen el nivel de producción después de la primer cosecha). Esta dependencia con las semillas comerciales es lo que obligó a los agricultores de ese país a seguir comprando semillas transgénicas aunque rinden menos, son más caras y usan más químicos: sencillamente no podían hacer otra cosa. En el Sur en cambio, existen 1400 millones de campesinos y campesinas que usan sus propias semillas para producir alimentos y forrajes. Con la pinza de nuevas leyes de semillas, introducción de transgénicos y como golpe final, Terminator, se amenazan las formas de vida de esos campesinos y campesinas, para que nadie más, ni en el Norte ni el Sur, pueda guardar sus propias semillas.
Luego de la primera versión de Terminator, que fue patentada en 1998 en conjunto por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos con la empresa Delta & Pine (ahora en vías de convertirse en propiedad de Monsanto), surgieron muchas otras versiones de esta tecnología suicida-homicida, desde casi todas las empresas que producen agrotransgénicos, ya que ese es el futuro que avizoran para aplicar a todos los transgénicos. Una de las más recientes es producto de una investigación patrocinada por la Unión Europea llamada “Transcontainer”, que afirman no será para producir esterilidad en forma permanente sino solamente para contener la contaminación transgénica, ya que la fertilidad de la semilla puede ser restitutida posteriormente por las empresas que la venden. Pero Transcontainer o Terminator, tanto muerte como contaminación y cualquiera de sus versiones apuntan de fondo a lo mismo: a que el oligopolio de empresas estadounidenses y europeas pueda seguir esparciendo sus semillas manipuladas en los campos, con garantías de mantener su monopolio, y que todos los agricultores y campesinos tengan que ir a comprar semillas o pagarle a las empresas para que les restituya la fertilidad.

Nos usan como conejillos de Indias
Al contrario de lo que afirma la industria biotecnológica de que no existen pruebas de los transgénicos son malos para la salud, se van acumulando evidencias que muestran lo contrario. Según detalla una reciente compilación de la coordinación de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos, diferentes tipos de transgénicos probados en ratones de laboratorio, producen desde alergias hasta reacciones inmunológicas más serias, como mal funcionamiento o atrofia de órganos internos, aumento de nivel de glóbulos blancos, hemorragias, cambios genéticos y bioquímicos que los hacen más susceptibles a enfermedades, en animales y plantas. Un estudio ruso realizado por la Dra. Irina Ermakova de la Academia Rusa de Ciencias, alimentando a grupos de ratas preñadas con harina de soya (unas de forma convencional y otros de forma transgénica) mostró que más de la mitad de las crías de madres que ingerían transgénicos murieron rápidamente y las sobrevivientes pesaban considerablemente menos. La lista ya es bastante extensa, pero si no se conocen más evidencias de los daños que puede provocar el consumo de transgénicos es porque ni la industria ni los gobiernos los están buscando y tratan de ocultar los pocos estudios independientes que logran salir a la luz.
Por otra parte, el uso intensivo de agrotóxicos para los cultivos resistentes a éstos, como en Argentina, Paraguay y Brasil, produce daños graves —y hasta muertes, como el niño Silvino Talavera en Paraguay—a quienes están expuestos en los campos, y a sus vecinos y zonas aledañas a través de la contaminación área, de aguas y suelos.

Latifundios y agrocombustibles transgénicos
En Argentina, el segundo país productor de transgénicos en el mundo, estos cultivos, con su demanda de inversiones para insumos y semillas más caras, así como de superficies cada vez más grandes para la exportación, han contribuido notablemente a consolidar una verdadera reforma agraria a favor de los latifundistas, al provocar la desaparición de un porcentaje importante de pequeños productores.
Recientemente el complejo industrial de los agronegocios lanzó un nuevo embate que va en el mismo sentido, ahora con la explosión de la promoción industrial de los agrocombustibles, o sea cultivos como caña de azúcar, soya y maíz para producir etanol y biodiesel. Para las industrias es un golpe propagandístico, porque lo presentan como solución “ambientalmente amigable” al cambio climático, pero lo que buscan es un jugoso negocio, tanto por las subvenciones que prometen los gobiernos, como porque la destrucción ambiental por extensión de la frontera agrícola y la erosión de suelos, la sufrirán los países del Sur, no las empresas ni sus países sede. Las empresas que producen agro-transgénicos se han aliado a empresas automovilísticas y a grandes distribuidores de granos que monopolizan ese mercado, como Cargill, Bunge, Dreyfuss y Archer Daniel Midland, para manipular genéticamente cultivos para la producción de agrocombustibles, argumentando que solamente así serán eficientes en la siembra y el procesado. No tienen bases reales para proclamar tal cosa, pero eso no será óbice para que los arrojen al mercado, disputando las tierras campesinas y que deberían ser usadas para alimentos. De paso, esto aumentará en forma exponencial los riesgos de la contaminación transgénica, porque las nuevas manipulaciones vuelven los cultivos no comestibles.
La próxima etapa sobre la que ya están avanzando las empresas, con el argumento de la producción de nuevos combustibles y otros, va mucho más allá de los transgénicos, para crear organismos vivos artificiales desde cero. Le llaman “biología sintética” y sus impactos son potencialmente mucho peores que los que ya han provocado los transgénicos.
Sin embargo, pese a los constantes y cambiantes ataques de las transnacionales para controlar las aspectos básicos de la vida de todos, los campesinos y campesinas, indígenas, pescadores artesanales, pastores y otras comunidades locales del mundo, siguen teniendo en sus manos las semillas y conocimientos para poder seguir produciendo alimentos sanos y cuidando las bases del sustento de todos. Es tarea de todos y todas que así siga.

Silvia Ribeiro (2010) Transgénicos: asalto a la soberanía alimentaria. Ecoportal.net
http://www.ecoportal.net/Temas_Especiales/Transgenicos/transgenicos_asalto_a_la_soberania_alimentaria


Félix Fernández Hernández