martes, 26 de abril de 2011

(para el debate posible del próximo martes)

La película que he dejado en el blog esta en el mes de febrero en el titulo siguiente:


Espigador, espigadora e espigadores


Y la película es:  ''Los espigadores y la espigadora'', película de Agnès Varda, 2001.


Los links están después de la definición.

Bon fin de semana

Céline Gonçalves 

Algo más sobre el decrecimiento


Carlos Taibo (2009) escribe en su libro En defensa del decrecimiento. Sobre capitalismo, crisis y barbarie sobre el término de decrecimiento que refiere a reducir la producción, cortar emisiones que dañan al medio ambiente y consumir menos energía y materias primas, y asímismo a trabajar menos para ganar más tiempo libre y compartir el trabajo entre todos. Todo esto es necesario según el aútor para garantizar a la viabilidad en la Tierra porque un crecimiento débil no será suficiente para mantener a la viabilidad, y por eso el decrecimiento “implica un necesario y radical cambio de mentalidad”. Para Taibo el decrecimiento es posible a conseguir voluntariamente a través de la simplicidad voluntaria que significa en términos de Thoreau a vivir con menos, consumo responsable y la determinación de lo que es importante en la vida. Además, según el autor es importante a reducir a varias infraestructuras productivas, las organizaciones administrativas y los transportes y cambiar el sistema productivo global hacia local mientras disminuir al papel económica y productiva del Norte y la dependencia del Sur al Norte. Taibo escribe también que al final los limites de recursos energético y el cambio climático nos obligará a decrecer si no decrecemos voluntariamente.

Además os presento a los puntos de vista sobre decrecimiento de Paolo Cacciari, que es un periodista italiano que tiene impacto tanto del ecosocialismo como ecologismo más libertaria. En su pamfleto Decrecimiento o barbarie (Icaria Editorial, 2008) el estatua que el decrecimiento significa a “economía local, solidaria, participada, autocentrada y autosostenible” que se realiza a través de autogobierno y luchas noviolentas. Para lograr el decrecimiento hay que reconceptualizar la idea de bienestar de economía sin fin del crecimiento del capital y cambiar los estilos de vida hacia una forma más espontanea y comunitaria manteniendo a la sostenibilidad de la biosfera. Según el autor el decrecimiento también incluye “vivir mejor con menos dinero, menos consumo de mercancias y menos trabajo asalariado.”

Asímismo Cacciari escribe que el decrecimiento incluye a disminuir la cantidad de materia y de materia utilizada en la producción y consumo, o sea, desmaterialización, porque se asume que la Tierra tiene ciertos límites biofísicos. Entonces según el autor las ideas de “la economía verde” o “el desarollo sostenible” que aún permiten el crecimiento no son realmente suficientes para mantener la sostenibilidad ecológica.

Me parecía bastante curioso que como el martes 5 de abril debatimos en la clase sobre las diferencias entre las teorias y movimientos de decrecimiento y ecosocialismo, Cacciari opina que le parece que el decricimiento es un término similar con los términos de ecosocialismo o sociedad ecológica que según se presenta en las obras de André Gortz* y Murray Bookchin**.  Puede ser que otros consideran que los términos son similares y otros reconocen a las diferencias, pero como el profesor en la clase nos informó, el decrecimiento es algo que los individuos y diferentes grupos organizados pueden realizar por su mismo desde el nivel micro, pero los ecosocialistas buscan a las respuestas más del cambio estructural de economía, etc. (macro). En las próximas entradas trataré más sobre el decrecimiento según los franceses Serge Latouche (2007) y Nicolas Ridoux (2009) y también a las  propuestas ecosocialistas y las diferencias entre los dos términos.

* André Gortz, Capitalismo, socialismo y ecología, Ed. Hoac, 1995.
** Murray Bookchin, Por una sociedad ecológica, Gustavo Gili, 1978.

Maiju Ripatti

domingo, 10 de abril de 2011

Pertubación del agua

A escala mundial, la humanidad utiliza más de la mitad del flujo de agua fresca y accesible, con alrededor un 70% de utilización para la agricultura (Postel y AL, 1996). Las perturbaciones humanas del ciclo hidrológico natural son múltiples: no sólo debido a la utilización directa de agua en distintos procesos, como la agricultura o la producción de electricidad, sino también a causa de la canalización de los cursos del agua, del drenaje de las zonas húmedas o de la impermeabilización de las superficies de percolación (urbanización). Numerosos casos de ruptura aparecen a distintas escalas, implicando problemas locales, como inundaciones o sequías, conflictos, problemas de insalubridad, y también de los problemas globales debidos a la modificación de la evapotranspiración, a la reducción de la producción de los mayores ríos, o incluso a la modificación de grandes amplitudes de aguas interiores (lago el Chad por ejemplo), implicando problemas económicos, sanitarios o climáticos (Kotlyakov, 1991; Milly y Duna, 1994).
Las utilizaciones de agua se suceden durante el ciclo, con eventualmente reutilizaciones sucesivas acompañándose de una modificación de la calidad del agua. Como las perturbaciones sucesivas se añaden, tal como ocurre con la mayoría de las bases de datos internacionales (AEMA, 2003; WRI, 2003), el indicador de “perturbación hídrico”, habitualmente calculado por la simple suma aritmética  de las perturbaciones dividida por los recursos, podrían sobrepasar el 100%. Para evitar este sesgo, proponemos un modelo multiplicativo: porcentajes de perturbación sólo se aplican al agua aún no perturbada anteriormente. La cantidad de agua disponible es por término medio tres veces más elevada en el grupo europeo que en el grupo africano, aunque se tienen en cuenta fuertes variaciones internacionales (de 46 mm. en Burkina Faso a 2 191 mm. en los Países Bajos), sin hablar de diferencias locales que constituyen un factor crítico en algunas zonas áridas de África. Los recursos renovables de agua subterránea son por término medio más elevados dos veces en el grupo europeo.
Las utilizaciones domésticas por unidad de superficie son por término medio 23 veces más elevadas en los países del Norte, mientras que las utilizaciones industriales hay cerca de 264 veces más elevadas. Los usos agrícolas son dos veces más elevados al Norte, debido al peso señalando Países Bajos y de Francia (sin los cuales el informe se invertiría en favor de los países africanos).
La agricultura y la urbanización son los principales factores de modificación de las condiciones de resplandor del agua de lluvia recogida, y por otro lado a menudo se acompañan de obras que modifican directamente los flujos. El cambio de condiciones de erosión y sedimentación añade a su vez modificaciones en cascada sobre el ciclo del agua. Los cultivos permanentes, los pastos y los bosques, al mantener constante la cobertura del suelo, juegan, en primera aproximación, un papel menos determinante en estos fenómenos. Se desprende de los cálculos que las superficies transformadas por la urbanización o la agricultura perturban ocho veces más el ciclo del agua en Europa que en Africa. 
Traídas a prorrata de los recursos disponibles, resulta que por término medio, el ciclo hídrico de los países europeos sufre tres veces más perturbaciones que el del grupo de los países africanos. Calculamos, por otra parte, que el informe de las responsabilidades en esta perturbación del ciclo hídrico local es de 0,8 si se compara la parte de perturbación causada por cada millón de habitantes en Europa (1,4%) y en Africa (1,8%).
El método de cálculo nacional y anual de todo indicador de este tipo encubre los problemas subyacentes vinculados, por ejemplo, al carácter estacional de los recursos y utilizaciones (mayor presión sobre los recursos en temporada seca en Africa), y a las dificultades para el medio ambiente, como para el hombre, de beneficiarse de un agua de calidad suficiente al lugar y al momento conveniente. Sería necesario precisar el porcentaje de utilización de los recursos subterráneos, en particular en temporada seca en las regiones subsaharianas, ya que son ellas que sufren probablemente la mayor presión. Es el caso también, mutatis mutandis en algunas regiones de Europa.

Estos órdenes de magnitud sugieren, de este lado los indicadores incorporados, que son los tipos de utilización que son cruciales. Actualmente, con tasas de utilización medias equivalentes, hay aún más problemas serios vinculados al agua en África Occidental que en la Europa del Oeste, y esto a la vez para la salud y para el medio ambiente. Un rápido aumento de las exacciones (y una disminución de las reservas) en una sociedad muy agraria, con poco o no de recursos para la descontaminación, pueden causar problemas agudos. Un nuevo indicador de “tensión hídrico” que tiene en cuenta el potencial local de perturbación debería desarrollarse: es en efecto posible que aparezca una irreversibilidad (sequía, inundaciones etc) en un contexto dado, más allá de un determinado porcentaje de perturbación. Un país, o más bien una región (visto el carácter más local de este tipo de fenómeno), no debería entonces superar este límite máximo de buena gestión, toda perspectiva de desarrollo basándose en ciclos de reciclaje y reutilizaciones sin perturbación natural suplementaria. Sin embargo, habida cuenta de las cifras que presentamos, parece que algunas regiones de África Occidental guardan un “potencial de perturbación hídrico sostenible”, inexplotado para un desarrollo humano. Es a menudo cuando el agua se vuelve raro o sobreexplotada, o que su comercialización natural se perturbó, que plantea problemas sanitarios, de inundaciones, sequías y demás.

Tableau 4. Perturbation du  cycle de l’eau
                  Perturbación del ciclo del agua
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Fuente: 


Alumna:Esther Simon

Indicateurs des impacts du développement sur l'environnement : une comparaison Afrique - Europe

Bruno Kestemont, L. Frendo et Edwin Zaccaï
Los principales perturbadores atmosféricos emitidos por el hombre, con consecuencias sobre el clima, son los gases de efecto invernadero (GES) con en cabeza el CO2. África en su conjunto sólo contribuye en razón de menos de un 3,5% a las emisiones mundiales de CO2, y aún estas emisiones son sobre todo el hecho de África el Septentrional y del Sur (Marland y AL, 2001). En cambio, este continente está globalmente la región más vulnerable a los impactos del cambio climático y el Grupo internacional de expertos sobre el clima (GIEC) allí preve la intensificación de la sequía y las inundaciones, poniendo en peligro la seguridad alimentaria, y reduce la capacidad de adaptación (GIEC, 2001). Las costas del Golfo de Guinea, donde un tercio de la población se concentra en una franja costera de 60 km (PNUMA, 2003) serían, por ejemplo, amenazadas por el aumento del nivel de los mares, en particular en Senegal, Gambia, y Guinea-Bissau (GIEC, 2001).
  
Se constata que si los países europeos en cuestión, en particular Países Bajos, pueden también temer efectos del recalentamiento climático, llevan, por el contrario, una mayor responsabilidad en este fenómeno, emitiendo por viviendo seis veces más GES que sus homólogos africanos, y esto sin contar la responsabilidad histórica (acumulación de emisiones en la atmósfera). Este orden de magnitud es bien superior a las reducciones a las cuales los países europeos se comprometieron en la primera fase del Protocolo de Kioto (reducción del orden de un 7% de las emisiones entre 1990 y 2010). Añadamos que los países económicamente ricos tienen también un acceso relativamente más fácil a medidas de adaptación, como eso se destaca en distintos informes del GIEC.
  Muchos análisis por indicadores toman la superficie como “proxy” implícito del medio ambiente. Las emisiones por unidad de superficie aparecen entonces como una medida de la presión medioambiental local. Esta primera aproximación daría un informe 21 a 1 entre el grupo Europa y el grupo África. En el marco de la comparación intercontinental de  perturbaciones del ciclo de los GES, tal denominador presenta sin embargo un sesgo importante. En efecto, no tiene en cuenta el ciclo natural correspondiente, muy diferente sobre una superficie desértica o un bosque moderado, por ejemplo.
Para corregir este sesgo, vamos de la hipótesis que el ciclo natural de los principales GES es proporcional a la productividad primaria neta de los ecosistemas. La biocapacidad definida por Wackernagel y AL (2000) es una traducción de esta productividad primaria en términos de superficie equivalente de productividad media mundial. Esta biocapacidad podría ser más representativa de la superficie que se produce en el ciclo de los GES que no lo es la superficie bruta. La relación entre entrada artificial de GES y biocapacidad en Ha. estaría entonces vinculada a esto que queremos comparar, a saber la perturbación del ciclo natural. Esta es la razón por la que proponemos este indicador en última columna. 
Tableau 3. Perturbation de l’atmosphère
Perturbación de la atmósfera

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Fuente: 



Indicateurs des impacts du développement sur l'environnement : une comparaison Afrique - Europe

Bruno Kestemont, L. Frendo et Edwin Zaccaï
Alumna:esther Simon

martes, 5 de abril de 2011

La industria nuclear contra sí misma

En El País de hoy se ha publicado un artículo interesante de Ulrich Beck sobre la energía nuclear. Aquí os dejo el enlace:

http://www.elpais.com/articulo/opinion/industria/nuclear/misma/elpepiopi/20110405elpepiopi_12/Tes



Félix Fernández Hernández

Ecosocialismo

Hola chicos, el tema del ecosocialismo me ha parecido muy interesante y por ello me he puesto as buscar cosillas, de momento os voy a colgar una página donde podeís leer un manifiesto ecosocialista escrito por Joel Kovel y Michael Löwy.

Michäel Löwy es un sociólogo y filósofo marxista procedente de Brasil y Joel Kovel es un político y escritor americano.

http://www.nodo50.org/foroiu/viewtopic.php?t=66

Diana.

lunes, 4 de abril de 2011

El ECOFEMINISMO renace como crítica al sistema

El capitalismo es incompatible con la vida. Necesita recursos naturales y personas sanas, pero no se preocupa del mantenimiento de la vida. Para eso siempre ha contado con el trabajo invisible de las mujeres, pero esa estructura ha tocado techo. Esta es la principal tesis del ecofeminismo, una corriente aparecida en 1974 que está resurgiendo con fuerza ante la actual crisis capitalista.

"Es significativo que las bolsas suban justo cuando se anuncian recortes en gasto social y cuidado de las personas. Tradicionalmente, se ha planteado que existe una tensión entre sistema capital y trabajo, pero en realidad se produce entre capital y vida humana y natural", argumenta Yayo Herrero, profesora de la UNED de Educación Ambiental y Desarrollo sostenible.

Herrero sostiene que las empresas quieren plantillas que aparezcan cada mañana limpias y planchadas sin importarle cómo. "Lograr que así sea es responsabilidad de toda la sociedad. Como también lo es lavar a las personas mayores con incontinencia", señala.
"La incorporación de la mujer al mercado laboral sin que los hombres hayan asumido su parte de responsabilidad, el individualismo y el modelo urbano, que obliga a recorrer kilómetros para llevar el niño de la casa de los abuelos a la guardería producen un modelo insostenible", denuncia Herrero.

Algunos sectores, desde conservadores hasta grupos pro crianza natural, proponen que las mujeres dejen de trabajar temporalmente y vuelvan a hacerse cargo del cuidado de las personas. Nada que ver con el ecofeminismo actual, que huye de cualquier mistificación de la mujer vinculada a la madre naturaleza, como defendía el movimiento en sus inicios.

Ahora lo que reivindica es la importancia de la ética del cuidado, "porque garantiza la vida". No obstante, exige a los hombres y al sistema que se reinventen "para no cargar más tensión sobre las mujeres o acabarán estallando", advierte Marta Monasterio, miembro de la cooperativa Pandora Mirabilia.
 
"El modelo actual de crecimiento ilimitado del PIB es insostenible, para empezar porque los recursos son limitados. Además, se basa en la injusticia social, en la falta de equidad y en la explotación de las mujeres". Por eso, las soluciones deben ser integrales, asegura Monasterio.

En esta línea, Herrero exige a los gobiernos que rediseñen sus sectores productivos. Como ejemplo, propone dejar de inyectar ayudas periódicas a la industria del automóvil y que quienes trabajan en ella pasen a hacerlo en el sector del cuidado.


http://www.publico.es/espana/314920/el-ecofeminismo-renace-como-critica-al-sistema



Félix Fernández Hernández

ecofeminismo

Las primeras conexiones entre el feminismo y la ecología que dieron origen al ecofeminismo se encuentran en las utopías literarias de las feministas de los años setenta. En ellas se define una sociedad en la que las mujeres viven sin opresión, lo que implica la construcción de una sociedad ecológica, descentralizada, no jerárquica y no militarizada, con democracia interna y en la que prevalece el uso de tecnologías más respetuosas con el medio ambiente, etc.
Según Inma  Llort i Juncadella, del Equipo Asia formación, fue Françoise d'Eaubonne, en 1974, quien adoptó por primera vez el término de ecofeminismo para representar el potencial de las mujeres para encabezar una revolución ecológica que conlleve nuevas relaciones de género entre hombres y mujeres y una relación distinta entre los seres humanos y la naturaleza. Este ecofeminismo inicial ha evolucionado dando lugar a tendencias distintas, todas preocupadas e interesadas por el cambio de las relaciones entre las personas y el medio ambiente.
Cada uno de los ecofeminismos mantiene análisis y estrategias de actuación distintos de acuerdo con la posición feminista de la que proceden.
No nos detendremos aquí en la definición detallada y exhaustiva de los distintos enfoques ecofeministas ni en el debate que existe entre las distintas tendencias, pero se hace necesaria una pequeña presentación de cada una para situar el debate entre ecofeminismo(s) o feminismo ecologista. 

El ecofeminismo radical, nacido del feminismo romántico, destaca las conexiones históricas, biológicas y sociales entre la naturaleza y las mujeres y considera que la explotación y opresión de ambas es consecuencia del dominio del hombre y del orden patriarcal. Los orígenes de dicha explotación se encuentran en los inicios de la sociedad patriarcal, que se sitúa en la prehistoria.
Se parte de la existencia de una sociedad anterior al patriarcado que podría definirse como mayoritariamente matriarcal, en la que "lo femenino" gozaba de mayor prestigio. En dicha sociedad la biología de la mujer (su capacidad para crear vida) y la naturaleza (entendida como la madre-tierra) eran festejadas como se puede interpretar a partir del predominio de divinidades femeninas que hacían referencia a la fertilidad y a la madre naturaleza sobre las masculinas. 
El patriarcado supuso la imposición de los valores masculinos y la substitución de las diosas por los dioses. La propuesta del ecofeminismo radical es la recuperación de los valores matriarcales y la implantación de la cultura femenina (en la que se recogen los conocimientos de las mujeres tradicionalmente desprestigiados, sus experiencias y sus valores), convirtiendo el rol insustituible de las mujeres en la preservación de la especie en un instrumento de poder para las mujeres y en un activismo ecológico propio.
Por otra parte, el ecofeminismo liberal, basado en el feminismo de la igualdad y la teoría conservacionista de la naturaleza, considera que el deterioro ambiental es el resultado de la implantación de un modelo de desarrollo economicista que no considera sus impactos negativos sobre el medio ambiente, que no utiliza adecuadamente los recursos naturales y no cuenta con una legislación al respecto.
Para las ecofeministas liberales, la explotación de las mujeres es el resultado de la situación marginal en la que se les mantiene (menos oportunidades en la educación, en el trabajo, etc.) y la conexión entre mujeres y medio ambiente no tiene una base biológica. No creen que hombres y mujeres, por ser biológicamente distintos, deban tener actitudes distintas respecto a la naturaleza. Las mujeres, al igual que los hombres, insertas en el orden patriarcal, hemos desarrollado actitudes y estrategias que a menudo no son respetuosas con el medio ambiente.
Las ecofeministas que defienden esta corriente proponen reformas medioambientales en base a una mejor aplicación de la ciencia moderna acompañada de una legislación que asegure el cumplimiento de las condiciones necesarias para un desarrollo ecológicamente sostenible. Su planteamiento ecológico es fundamentalmente conservacionista. Las mujeres deben acceder al poder, a través de la igualdad de oportunidades, participando de todas las decisiones entre las que están la gestión de los recursos naturales, la preservación de un medio ambiente saludable y la defensa de la calidad de vida.
Es la experiencia al actuar desde una posición marginal respecto a la toma de decisiones del poder dominante y no la maternidad, la que coloca a las mujeres en una posición privilegiada respecto a los hombres para proponer y elaborar propuestas alternativas viables respecto al medio ambiente. En este caso, el medio ambiente, al igual que la teoría de géneros, es una construcción social, lejana al concepto de la madre naturaleza y su defensa por parte de las mujeres se enmarca en la lucha contra todas las formas de opresión del sistema patriarcal.
Por último, el ecofeminismo socialista considera que los problemas medioambientales son intrínsecos al patriarcado y al capitalismo que justifica la explotación de la naturaleza mediante la técnica para facilitar el progreso, entendido principalmente como crecimiento económico. 

El capitalismo ha liberado a los hombres de la naturaleza, les ha proporcionado los medios para explotarla y controlarla para su beneficio valiéndose de la explotación de las mujeres al invisibilizar su participación histórica en la economía (tanto por su contribución a través del trabajo productivo como reproductivo). El capitalismo esta acabando con otros medios de producción como la agricultura de subsistencia y la artesanía, en los que hombres y mujeres participaban en condiciones de mayor igualdad; adjudicando el trabajo asalariado a los hombres y la reproducción, gratuita, devaluada e invisible, a las mujeres.
Las ecofeministas socialistas proponen la construcción de una sociedad socialista que construya una nueva relación entre los géneros y una relación distinta con la naturaleza, lejos de la dominación que hace el capitalismo y que garantice una buena calidad de vida para todos y todas. El ecofeminismo europeo y americano, con sus distintas tendencias desarrolladas anteriormente, sitúa la relación mujer y medio ambiente o naturaleza (según matices) en un terreno meramente ideológico.
En los países del llamado "Tercer Mundo", entre los que se encuentra la India, las mujeres rurales pobres dependen totalmente del medio natural para asegurar su subsistencia, la de sus familias y la de sus comunidades; por ello dicha relación es parte de su realidad más inmediata y palpable y no una construcción ideológica. En este caso, la relación que estas mujeres establecen con la naturaleza sienta las bases de lo que Bina Agarwal llama "feminismo ecologista", propuesta alternativa al ecofeminismo radical de Vandana Shiva, ambas investigadoras indias sobre el tema y que a continuación pondremos en diálogo. 

Pero antes debemos señalar los argumentos principales del(de los) ecofeminismo(s).
En primer lugar, el ecofeminismo señala que en el orden simbólico patriarcal existen conexiones importantes entre la dominación y explotación de las mujeres y de la naturaleza, aunque dicha relación se interprete de manera distinta de acuerdo con cada enfoque ecofeminista.
En segundo lugar, el ecofeminismo denuncia la asociación que el patriarcado establece entre las mujeres y la naturaleza.
Para ello argumenta que la biología de las mujeres, su cuerpo (característica que las capacita para gestar y crear vida) hace que estas estén en una posición de mayor proximidad a la naturaleza, lo que permite su identificación con ella.
Los hombres, guiados por la razón, en oposición a la intuición femenina, pertenecen al mundo de la cultura. Por su capacidad para controlar y transformar la naturaleza, la cultura se considera superior a la naturaleza.
Los binomios mujer-naturaleza y hombre-cultura y la superioridad de la cultura sobre la naturaleza en el patriarcado explican que las mujeres sean consideradas inferiores a los hombres.
En tercer lugar, el ecofeminismo considera que la dominación y explotación de las mujeres y la dominación y explotación de la naturaleza tienen un origen común, lo que sitúa a las mujeres en una situación privilegiada para acabar con dicha dominación.
Por último, el ecofeminismo propone que el movimiento feminista y el movimiento ecologista tienen objetivos comunes (la igualdad de derechos, la abolición de jerarquías, etc...) y deberían trabajar conjuntamente en la construcción de alternativas teóricas y prácticas, como ya se ha producido anteriormente. No debemos olvidar la experiencia de las mujeres de Greenham Common que durante años se opusieron a la base militar americana con misiles nucleares con el mismo nombre en Inglaterra; las mujeres del movimiento Chipko en el Norte de India, que desde principios de los años setenta se opusieron mediante resistencia no violenta a la explotación comercial de los bosques del Himalaya o la campaña Laxmi Mukti, también en India, promovida por mujeres y que se propone conseguir el acceso de las mujeres a la propiedad de la tierra y, a la vez, la promoción de un sistema de producción agrícola más ecológico en oposición al modelo de la revolución verde predominante en el país.
De hecho, Sherry B. Ortner, fue la primera feminista en analizar la supuesta proximidad de las mujeres a la naturaleza. En su obra señala que las mujeres han sido tradicionalmente asociadas con "algo" que todas las culturas infravaloran y que goza de menos estatus, etc. haciendo referencia a la naturaleza en sentido amplio. Dicha relación hace que las mujeres hayan sido, siempre y en todas las culturas, simbólicamente asociadas con la naturaleza, en oposición a los hombres que son identificados con la cultura. 

Este binomio ha servido para legitimar la opresión de las mujeres por parte de los hombres.
A lo largo de su obra, Sherry B. Ortner, se refiere a factores biológicos, sociales y psicológicos como elementos que contribuyen a la identificación de las mujeres con la naturaleza. La autora intenta rescatar a las mujeres de su posición de inferioridad al ser identificadas con la naturaleza por parte del patriarcado y para ello las ubica en una posición intermedia entre la naturaleza y la cultura que les permite actuar como mediadoras entre ambas. De este modo, su análisis estaría en la línea del ecofeminismo radical. Cabe señalar que su obra fue muy criticada ya que consideraba como universalmente homogéneos los términos "naturaleza", "cultura", "hombre" y "mujer" y desestimaba la diversidad en la distinción entre el terreno de la cultura y el de la naturaleza que cada cultura señala.
Algunas ecofeministas, acusadas al igual que Sherry B. Ortner de "esencialistas", siguen argumentando que la maternidad entendida como capacidad, hace que las mujeres tengamos una comprensión distinta y una mayor proximidad a la naturaleza. Otras autoras como Carolyn Merchant y Yniesta King, defienden que los binomios naturaleza-cultura y mujer-hombre son falsos y han sido construidos por el sistema patriarcal para mantener una jerarquía entre los sexos-géneros y entre la naturaleza y la cultura.

Según Carolyn Merchant, la identificación de la naturaleza con el sexo femenino viene dada, por una parte, por la maternidad de las mujeres y la definición de la naturaleza como la madre-tierra, capaz de proveer para todos y todas; y por otra, por la definición de la naturaleza como salvaje, incontrolable, amenazante, responsable de los desastres "naturales"; a menudo asociada al carácter "emocional" de las mujeres en oposición a la "racionalidad" masculina. Dicha relación justificaría el control y dominio del hombre sobre la naturaleza y sobre las mujeres.
Hasta este punto hemos podido ver cómo el discurso ecofeminista define algunas conexiones conceptuales simbólicas entre la naturaleza y las mujeres que han servido para justificar la explotación de ambas por el orden patriarcal, aunque presenta algunas dificultades al intentar explicar la realidad.
Para empezar, el ecofeminismo considera a las mujeres como una categoría única, sin distinción por clases, castas, razas, religiones, etnias, edades, etc.; todos ellos elementos que determinan el tipo de relaciones que las mujeres establecen con los hombres y con la naturaleza. El ecofeminismo, en especial el radical y el liberal, ignoran cualquier otra opresión que pueda afectar a las mujeres a parte de la opresión de género.
Además, debemos destacar, que el(los) ecofeminismo(s), al analizar ideológicamente y no en la práctica, la dominación de la naturaleza y de las mujeres por el patriarcado desestima los efectos reales de dicho dominio sobre la vida de las mujeres. Entre otros cabe señalar la ausencia de poder y la discriminación socio-económica y cultural a la que se ven sometidas muchas mujeres por el hecho de serlo.
A estas limitaciones conceptuales del(los) ecofeminismo(s), Bina Agarwal, en su artículo mencionado anteriormente y refiriéndose a la experiencia de la India, añade que el discurso ecofeminista ignora la relación real que las mujeres establecen con la naturaleza, pudiendo ser esta distinta para cada mujer y muy alejada de la interpretación que una persona ajena pueda hacer de ella.
Por último, podemos acusar de esencialista a la tendencia ecofeminista que se basa en la biología de las mujeres para justificar su proximidad mayor a la naturaleza, ya que presupone la existencia de una "esencia femenina" universal que permanece a lo largo de la Historia.
Al trasladar el debate ecofeminista a los países del "Tercer Mundo" crece la necesidad de examinar la relación que las mujeres establecen con el medio ambiente, en muchos casos entendido como su sustento, a otros niveles al margen del ideológico.
Las mujeres rurales de dichos países mantienen una relación muy estrecha con la naturaleza; tanto como usuarias y gestoras de los recursos naturales, como productoras de alimentos y otros bienes destinados al consumo y al mercado y como administradoras y consumidoras de bienes. Esta relación varía de una mujer a otra en función de la clase social, raza, casta, religión, etnia, etc... a la que pertenecen; todos ellos factores que determinan los efectos de la degradación ambiental sobre dichas mujeres y su capacidad de respuesta.
Son internacionalmente conocidas las iniciativas que distintos grupos de mujeres y/o mixtos, que cuentan con una participación alta de mujeres, han tomado en el campo de la protección ambiental y en la lucha por defender el derecho a la vida en condiciones dignas.
Para las ecofeministas de dichos países, como Vandana Shiva en India, la explotación y destrucción de la naturaleza es intrínseca al modelo de desarrollo económico industrial dominante, que ella misma define como una imposición colonial por parte del "Primer Mundo".
Para dicha autora, el desarrollo basado exclusivamente en el crecimiento tecnológico y económico ha cambiado la relación del hombre con la naturaleza (entendida en la cosmología india como la madre tierra) y sitúa al hombre por encima de ella, otorgándole la capacidad para controlarla y dominarla, considerando que la naturaleza es inerte y pasiva.
Según Vandana Shiva, "La ciencia que no respeta las necesidades de la naturaleza y el modelo de desarrollo que no respeta las necesidades de las personas amenaza la supervivencia" .
Vandana Shiva coincide con Carolyn Merchant en que la experiencia común de opresión de las mujeres y de la naturaleza por parte del patriarcado define la conexión entre ambas, pero Shiva establece dicha conexión a nivel ideológico y material.
Las mujeres rurales del "Tercer Mundo" obtienen de la naturaleza del 60 al 80% de los alimentos que necesitan para su subsistencia y la de sus familias. La destrucción de la naturaleza supone una amenaza para sus vidas y las de los suyos.
A partir del estudio del movimiento Chipko, en Garwal District en el estado de Uttar Pradesh, en el norte de la India, Vandana Shiva, expresa que las mujeres del "Tercer Mundo" tienen una dependencia especial de la naturaleza y a la vez un conocimiento específico sobre ella. Este conocimiento, adquirido a través de la acumulación de experiencias y su transmisión generación tras generación de mujeres, ha sido sistemáticamente marginado por la ciencia moderna y el modelo de desarrollo dominante, ambos construcciones patriarcales que excluyen a las mujeres como expertas y a otros conocimientos (más respetuosos con la naturaleza) como parte del Conocimiento o la Ciencia.
En palabras de Gail Omvedt "las mujeres del movimiento Chipko están más próximas a la naturaleza por su papel como recolectoras de pasto para el ganado, combustible y agua; mientras que los hombres a menudo emigran a la planicie en búsqueda de trabajo u obtienen pequeños beneficios del "desarrollo".
Este hecho contribuye a la comprensión del porqué las mujeres, más que los hombres, participan activamente en las reivindicaciones y movimientos ecológicos que luchan por liberar a la naturaleza de su explotación y a las mujeres de su posición de inferioridad.
Vandana Shiva, explora las conexiones entre el desarrollo y la destrucción ambiental que diferentes activistas, organizaciones no gubernamentales y movimientos populares a lo largo de los países del Sur también identifican y denuncian.
En la India, país de donde se extraen los ejemplos específicos para este artículo, sobresalen, además del conocido movimiento Chipko, el movimiento Appiko en Kerala (de características y actividades muy parecidas a las del Chipko aunque cuenta con una participación más equilibrada de hombres y mujeres), el movimiento Narmada Bachao Andolan (movimiento popular mixto que se opone desde hace unos años a la construcción de un sistema de presas a lo largo del río Narmada con el objetivo de convertir en tierras de regadio una parte de Gujarat, estado situado en el oeste de la India, donde supuestamente se desarrollarán grandes explotaciones de caña de azucar. Este proyecto de "desarrollo" estaría financiado en gran parte por el Banco Mundial y conlleva la anegación de más hectáreas de bosque y tierras fértiles que las que el proyecto pretende irrigar. Además, va a ocasionar el desplazamiento, en la mayoría de los casos sin ningún tipo de compensación económica, de miles de personas, la mayoría tribales y pobres); el Anti-Terhi Movement en Uttar Pradesh (que lucha contra un proyecto de desarrollo de características similares al anterior), etc.
El trabajo de Vandana Shiva ha sido criticado, entre otras, por varias investigadoras sobre el tema como Geeta Menon, Mira Burra y Bina Agarwal, todas ellas de India, que a su vez presentan interpretaciones distintas de la relación de las mujeres con la naturaleza.
Vandana Shiva, a partir de su análisis de la participación de las mujeres en el movimiento Chipko, hace una extensión de su interpretación a la totalidad de las mujeres del "Tercer Mundo", colocando, de este modo, a todas las mujeres de estos países bajo la misma categoría.
Al igual que muchas de las ecofeministas de Europa y Los Estados Unidos, dicha autora, no distingue entre mujeres de distintas clases sociales, castas, razas, etc... Por ello, es acusada de esencialista, ya que considera que todas las mujeres del "Tercer Mundo" tienen una relación especial con la naturaleza, hecho que las distingue de las mujeres de los países desarrollados.
Por otra parte, Bina Agarwal critica su trabajo porque no analiza con detalle cómo se han producido, en la misma India, los cambios conceptuales sobre la naturaleza y sobre las mujeres ni reconoce la coexistencia de interpretaciones distintas de acuerdo a cada una de las culturas y religiones que conviven en dicho país. En cierto modo, Vandana Shiva ignora que cada cultura y/o religión llena con contenidos propios la terminología; con lo que aunque el significado de las palabras se mantenga, presentan matices distintos.
Otra de sus críticas a la posición de Vandana Shiva es la atribución que dicha autora hace de la destrucción de la naturaleza y de la opresión de las mujeres al colonialismo y a la imposición de la ciencia y el desarrollo occidental, ignorando la existencia de desigualdades económicas y sociales que perpetuaron dicha destrucción y opresión con anterioridad al colonialismo. No se puede decir que la sociedad pre-colonial india era justa y ecológicamente respetuosa en su totalidad.
Ante las deficiencias que presenta el(los) ecofeminismo(s) anteriormente citados y la posición de Vandana Shiva, hasta ahora interpretada como la voz ecofeminista del "Tercer Mundo", se presenta una alternativa que en palabras de Bina Agarwal se llamaría feminismo ecologista.
Por tratarse de un concepto nuevo, todavía en fase de construcción y conceptualización, es el eje de un debate que surge de las críticas y propuestas de autoras de los países del "Tercer Mundo" y que es compartido por mujeres feministas del norte y del sur con una preocupación medioambiental.
El feminismo ecologista contempla que la relación de las mujeres con el medio ambiente tomará formas distintas de acuerdo a la clase social, casta, raza, etc. a la que pertenecen. Estos factores, a su vez, determinan la relación que las mujeres tenemos con la organización de la producción, la reproducción y la distribución.
El feminismo ecologista, tal como Bina Agarwal lo define, reconoce que la destrucción ambiental afecta en especial a las mujeres y al conjunto de las poblaciones pobres de los países del "Tercer Mundo", pero al analizar sus mecanismos atribuye una parte de la responsabilidad a los grupos dominantes que monopolizan el poder, la propiedad y el privilegio y control de los recursos.
Desde el feminismo debemos desafiar y transformar el sistema de géneros, la división sexual del trabajo y la distribución desigual de los recursos entre los géneros.
Desde el ecologismo debemos desafiar y cambiar las relaciones entre las personas y el medio ambiente, así como acabar con los procesos que permiten que una minoría se apropie de los recursos de la naturaleza , ya sean los países desarrollados o las oligarquías de los países del sur, a expensas de los/las demás. El feminismo ecologista pone su énfasis en la necesidad de luchar y transformar desde el feminismo y el ecologismo simultáneamente.

REVISTA DIGITAL EL ALTAVOZ


VIVIANA ZAPATA

Medio Ambiente. 16 formas de reducir tus emisiones de CO2

Para mejorar el medio ambiente es fundamental reducir las emisiones de CO2.
En este artículo os doy algunos consejos útiles a este respecto.


En casa:

1. Antes de enfriar o congelar comidas calientes con el frigo, deja que se enfríen.

2. Descongela tu frigorífico regularmente. La acumulación de hielo hace que la energía que éste necesita para funcionar sea mayor.

3. No pongas tu frigorífico cerca de una fuente caliente, o directamente expuesta a los rayos del sol.

4. Un frigorífico lleno mantiene el frío mejor que uno vacío.

5. Asegúrate de que el calor que sale de los radiadores no está bloqueado por cortinas, sillones, etc.

6. Usa el microondas para recalentar. Este gastará menos energía que recalentando con una sartén.

7. Trata de usar la sartén adecuada en función del fogón.

8. Mantén los fogones limpios, así éstos aportan el calor mejor.

9. Precalienta el horno únicamente 5 minutos, y apágalo 10 minutos antes.

10. Aislar el ático es la mejor inversión energética que puedes hacer. A la larga ahorrarás en calefacción.

11. Usa el lavaplatos a plena carga


En el transporte

12. Mantén los neumáticos inflados. Los neumáticos a media carga gastan más energía.

13. Revisa el coche regularmente. Aceite y filtros en malas condiciones reducen la eficiencia del motor.

14. No cargues demasiado el coche. Cargas excesivas aumentan dramáticamente el gasto energético del vehículo cuando se desplaza.

15. Mantén las ventanillas del coche cerradas para reducir el gasto energético. Especialmente cuando viajes por carretera.

16. Apaga el motor si vas a parar más de medio minuto. El encendido del coche gasta menos energía.


(http://www.agroterra.com/profesionales/articulos.asp?Idarticulo=15) 

Basura y reciclaje: como una religión

El afán de los alemanes por preservar el medio ambiente es tal vez una de sus características más conocidas internacionalmente, junto con las patatas, el chucrut y las vacaciones en el Mediterráneo.


Alemania está a la cabeza en lo que a energías renovables y políticas medioambientales se refiere. Además, siendo uno de los países más poblados de Europa, con más de 82 millones de habitantes, es también uno de los principales productores de basura. De acuerdo con el último informe sobre residuos y basuras publicado por el Ministerio de Medio Ambiente (BMU) alemán, de marzo de 2007, en 2004 se recogieron alrededor de 240,5 millones de toneladas. Pero, a pesar de la astronómica cifra, parece que el país va por el buen camino hacia la reducción y el reciclaje de desechos.
A partir de la introducción de la economía de ciclo cerrado, es decir, de reutilización de basuras, cuyo símbolo es el grüner punkt (punto verde), se ha conseguido, por lo menos en Alemania, reducir sobremanera la cantidad de gases de efecto invernadero.
Quema de basura: producción de energía
 Jóvenes disfrazados de contenedor amarillo. ¡Para plásticos!Jóvenes disfrazados de contenedor amarillo. ¡Para plásticos! La quema de basuras en Alemania se ha modernizado de tal forma, que se ha conseguido reducir considerablemente la cantidad de gases contaminantes emitidos en el proceso . Mientras que en 1990, por la quema de 6 millones de toneladas de basura procedente de hogares se emitían más de 30.000 toneladas de contaminantes a la atmósfera (incluyendo dióxido de azufre, mercurio y cadmio), en 2004, la quema de 11 millones de toneladas sólo produjo 2.570. Gracias a la incineración y reciclaje de la basura procedente de los hogares, en 2004 se llegaron a ahorrar casi 140 gigajulios (GJ: equivalen a 140 GW por segundo) de energía producida por fuentes agotables, y se estima que la cifra aumente a más 200 GJ para el año 2020.
Lo que es más, desde 1990 hasta el año 2004 se ha reducido en un 85%  la emisión de metano, quedando en 4 millones de toneladas. El metano es un contaminante natural que surge de la descomposición de organismos y que, en cantidades ingentes, supone un problema medioambiental.
Cada vez más limpios
Tal vez la causa de este avance sea que, a pesar de que el producto interior bruto de Alemania creció entre 1990 y 2004, la cantidad de basuras se ha reducido, pasando de 42 millones de toneladas en 2002 a 39 en 2004. Servicio de recogida de basuras alemánServicio de recogida de basuras alemán Esto es posible gracias al ahorro (reciclaje) en ciertos productos, como envases, papel, vidrio y chatarra. De acuerdo con los resultados de un informe del BMU de 2006, mientras que en 1990 sólo se reciclaba un 13% de la basura, en 2004 la cifra aumentó al 44%.
Con todo, se estima que para el año 2020 se conseguirá en Alemania reducir la cantidad de gases contaminantes producidos por la basura proveniente de los hogares de las 26,7 millones de toneladas del año 1990 a tan sólo 0,01 millones. Y en lo que concierne al CO2 se espera que, para la misma fecha, la industria basurera reduzca en 7,8 millones de toneladas la emisión a la atmósfera (en 2004 sólo la redujo en 0,4 millones).
Cifras que hablan a gritos
Con 3,1 millones de toneladas de vidrio usado se pueden sustituir 3,3 millones de toneladas de mineral para producir vidrio.
460.000 toneladas de latas de conservas suplen a 1,07 millones de toneladas de hierro para fabricar objetos de este material. Y 7,7 millones de toneladas de papel sustituyen a 28 millones de madera par producir más papel. El ser humano produce mucha basura.El ser humano produce mucha basura.
Tan vez sean estas cifras la fuente de motivación de los alemanes para sacar la basura y depositarla religiosamente en el contenedor correspondiente en el jardín de casa: el amarillo para plásticos, el azul para papel, el marrón para productos biológicos y el negro para el resto. Es llamativo, que el contenedor negro es cada vez más pequeño (tal vez el trofeo por la conquista medioambiental alemana). Y no olvidemos los contenedores vecinales para el vidrio: blanco para vidrio blanco, verde para verde y marrón para marrón.
Todo en perfecta armonía.

(http://www.dw-world.de/dw/article/0,,2459385,00.html)